El día 5 por la tarde, me encanta pasear por la calle y ver las caras de los más pequeños, caras llenas de ilusiones y nervios por esa noche que se convierte en mágica... y al día siguiente, cuando ven todos los regalos y sus zapatos llenos de caramelos, y... Ohhh!!! ¡los Reyes se han comido las galletas con la leche que les había dejado la noche anterior!! Te asomas al balcón o terraza y ves como todas las calles y barrios se llenan de niños estrenando todos los juguetes.
Es un día en el que incluso los más mayores volvemos a nuestra infancia, con las mismas ilusiones que cuando eramos pequeños, porque aunque durante todo el año tenemos que afrontar responsabilidades, "aparentar" seriedad,.... ese día está permitido que saquemos el niño que hay dentro de nosotros y soñar con el regalito que nos traerá los Reyes Magos.
Me vais a permitir que este post termine aquí, porque no quiero que perdáis más tiempo, así que iros a disfrutar de vuestros regalos, que este año tenemos la suerte de poder disfrutar de "nuestros juguetes" tres días, antes de que volvamos a ser "mayores".
Ah! Que se me olvidaba presumir de lo que me han traído los Reyes Magos: una mesita para mi rincón del té en mi nuevo piso:
¡¡A jugar!!!
Besos
Mamen
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